En el podcast de hoy hablaremos sobre cómo empezar a encontrar nuestra propia voz, como siempre les digo no soy Gurú ni nada que se le parezca, pero después de años de terapia he encontrado técnicas que me han permitido sentirme más tranquila conmigo misma.
Para los que han escuchado los anteriores episodios del podcast, deben saber que nunca me he caracterizado por ser la que más habla ni mucho menos por ser la que se impone con sus ideas, de hecho, desde muy pequeña me sentía extremadamente incomoda con mi propia voz. Solo en algunos pequeños momentos en los que estaba muy feliz sentía que mi voz fluía sin miedo.
Podríamos culpar a la educación en el colegio o a la educación en casa, pero durante años simplemente trate de complacer a los demás sin escucharme a mi misma.
Empecemos por el colegio, yo era el perfecto prototipo de juiciosa y bien portada … entendía muchas cosas, pero jamás era capaz de levantar la mano en clase, luego en la universidad el asunto seguía igual, sentía que me iba a morir de pasar al frente a pronunciar si quiera una vocal.
En la universidad estudie administración de empresas, carrera que mi familia pensaba era mejor para mi; la verdad tampoco tenía claro si quería estudiar algo más y tampoco lo cuestione.
Después de salir y ver que no encontraba empleo me cuestione ¿yo si quería esto? ¿si soy buena? ¿puedo ser algo más?Pase dos años sin encontrar trabajo y que empecé a tener tiempo para encontrar lo que me gustaba, empecé por lo más pequeño, ¿qué te gustaría hacer hoy? ¿quieres helado de vainilla o de chocolate? Así lo hice hasta encontrar poco a poco lo que quería y escucharme .
En esos años también descubrí que siempre tengo la última palabra sobre lo que debo hacer, porque a pesar que muchas personas puedan aconsejarme, solo yo puedo sentir lo que va conmigo y lo que no. Solo yo puedo sentir cuando algo se siente “bien” o “mal”, porque cuando no me hago caso existe algo dentro de mi que grita a las mil voces y sé también que cuando lo dejo pasar por mucho tiempo, termino gritándolo o diciéndolo de una forma no amable ni para otros ni para mi.
La complacencia durante muchos años fue mi ley de vida, pero si algo siento que ha cambiado durante estos años es que ya no busco complacer a nadie y aunque me cueste decir lo que siento, esa voz casi silenciosa que todos tenemos y a la que veces cuesta tanto escuchar, va adelante recordándome que la persona a la que debo complacer siempre seré yo.
En este episodio te cuento como volver a escucharla… o lo que me ha funcionado a mi CLICK AQUÍ PARA ESCUCHAR.
Con cariño @paobravolo