Cada día voy descubriendo que no sé nada, que las ideas que siempre había tenido sobre lo que estaba bien o mal de acuerdo a la ética, lo que aprendí en el colegio y en mi casa son subjetivas. Por lo tanto, encasillar o hablar de alguien que tiene creencias o una forma de vivir distinta es tan solo una pérdida de tiempo y energía.
Hace poco volví a leer este texto que te dejo por aquí...
"Si crees que es más espiritual andar en bicicleta o utilizar transporte público, está muy bien, pero si te descubres juzgando a todos los que conducen un auto, entonces estás en una trampa del ego.
Si crees que es más espiritual hacer yoga, convertirte en vegano comprar sólo alimentos orgánicos, usar cristales, practicar Reiki, meditar, llevar ropa sin marca, visitar templos y leer libro sobre iluminación espiritual, está muy bien, pero si enjuicias a quien no sigue el mismo camino, entonces estás en una trampa del ego.
Al ego le encanta inmiscuirse por la puerta trasera. A cada oportunidad, entrará y tomará cualquier idea noble, como comenzar a meditar, y la torcerá para servir a sus propios intereses: Hacerte sentir superior a los demás.
Las mayores trampas del ego son las superioridades, el juicio y la sentencia."
Mooji.
Con este texto no quiero decir que el ego sea algo malo porque volvemos a lo mismo, por algo existe. El ego también nos ayuda a tomar decisiones para nuestro bien.
Lo que quiero dejarte hoy como reflexión es que no existen absolutos, estamos viviendo una experiencia terrenal tan diferente; en la que nacemos en diferentes hogares, en diferentes entornos por lo que vivir cuestionando las maneras de otros es simplemente desgastante.
Aprender a escuchar la perspectiva del otro sin querer cambiarla y siendo empáticos es un paso más a soltar el control y permitir conectar con el otro que también esta en sus procesos tan validos como los tuyos.
Con cariño @paobravolo.
